La escasez de recursos no solo es un tema vinculado con la contaminación
ambiental sino también está relacionado con la violencia de género.
Foto: Tomada de BiodiversidadLA
Por Arantza Izquierdo
ÁLVARO OBREGÓN, 28 de febrero de 2021.- Pensar en un mundo sin problemas sociales ni ambientales sería como soñar con una realidad utópica. Donde los animales no estén en peligro de extinción, el calentamiento global solo sea un mito, la escasez de recursos solo sea una pesadilla en los sueños de algunos y, en el que el mundo sea un lugar lleno de paz y armonía. Tristemente, la realidad va más allá de pensamientos utópicos de cómo sería un mundo mejor, pero, pensar en aquello genera que las personas quieran algo mejor para la realidad en la que están y, sobre todo, poder hacer un cambio. Si bien es cierto que diversos problemas que se encuentran en la actualidad tienen una solución. Lo que también es cierto es que, en la mayoría de los casos, los seres humanos no se dan cuenta que diversas problemáticas están vinculadas entre sí. Por ejemplo, cuando se habla de contaminación, esta se liga al cambio climático producido por el calentamiento global, basura, plástico, desechos tóxicos, pero esa relación no va más allá de la superficie del verdadero problema que acontece la contaminación. Recientemente, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) publicó una investigación que habla sobre los efectos colaterales que la degradación del medio ambiente tiene sobre la violencia de género en el mundo.
La investigación realizada por la UICN resaltó las graves consecuencias que el deterioro de la naturaleza tiene sobre la escasez de recursos, lo que al mismo tiempo desencadena situaciones conflictivas que aumentan los casos de violencia del género femenino. La doctora Grethel Aguilar, directora general interina de la UICN, explicó que el estudio no solo se centra en el vínculo que existe entre la violencia de género y la degradación ambiental, sino que son temas que deben de relacionarse de forma constante. Además, resaltó que los daños que la humanidad le hace a la naturaleza también es un incentivo para alimentar la violencia contra las mujeres en todo el mundo. Es a gran medida, un vínculo que muchas personas han pasado por alto estos últimos años.
“No creí que existiera un vínculo como tal. Realmente estoy sorprendida y nunca llegué a pensar que estas dos problemáticas estuvieran ligadas de una forma, pero al leer el artículo de la UICN, pues que funciona como una forma de trueque el hecho de usar a la mujer de una forma sexualizada y es algo que ha ocurrido desde siempre. Prácticamente desde que nos colonizaron, entonces, aunque sea algo que, pues siempre ha existido, no sabía que hoy en día era algo que aún se practicaba y pues es una lástima, que siga ocurriendo este tipo de situaciones”, comentó Karina Bejar, estudiante universitaria y feminista.
Un tema muy sonado en la actualidad es la violencia de género, la
discriminación hacía la mujer y la impunidad de diversos casos
relacionados con el género femenino. Esta problemática al igual que la
contaminación ambiental ocurre en todas las sociedades, sin embargo, son
temas que parecen diferentes y que no están ligados de la misma raíz, pero parece ser, que es todo lo contrario.
La diferencia que tiene la violencia de género y la contaminación
ambiental es que la primera es un medio de control, subyugación y
explotación que alimenta las desigualdades de género y la segunda es un
tema que tiene relación con la presencia de agentes nocivos para el
ambiente y que tiene daños tanto en los animales, como las plantas y los
seres humanos. Sin embargo, son temas similares, actividades que el ser
humano realiza constantemente, de igual forma, su relación también es
derivada de la pobreza.
“De alguna manera siempre ha existido el vínculo, aunque, en la actualidad se hace más visible. Por ejemplo, la pobreza y la necesidad hacen que esto vaya en aumento y el deterioro de ambiente y la escasez de los recursos agravan más la situación, por eso existen casos en los que las mujeres por querer comer vendan su cuerpo o intercambien prácticas sexuales por un plato de comida. De igual forma, la escasez de recursos hace que los precios se disparen y no todos tengan acceso, y lo mismo pasa cuando quieres comprar algo ecológico, no todos pueden hacerlo porque es sumamente caro. Por eso muchos se van por lo barato que termina siendo algo muy contaminante”, añadió Perla Quintero, maestra en biología en último semestre de preparatoria.
La violencia de género también se utiliza como una forma de control
socio-económico que sostiene y promueve dinámicas de poder de género y
desigualdades en cualquier sector y contexto, relacionado con el acceso,
el uso y los beneficios de los recursos naturales.
"La violencia de género es una de las barreras más omnipresentes, pero de las que menos se habla, a las que nos enfrentamos en el trabajo de protección del medio ambiente y lucha contra el cambio climático", señala Cate Owren, una de las principales autoras del informe publicado por la UICN y concluye: "Tenemos que abrir los ojos y prestar una mayor atención a este problema".
El colapso climático ha causado severas consecuencias en el planeta, como
degradaciones del medio ambiente que propician la escasez de recursos. Por
ejemplo, en algunas regiones de África, los conflictos sobre el acceso a
recursos escasos originan las famosas prácticas de sexo por pescado, la
cual consta en que los pescadores se niegan vender pescado a las mujeres
si no es a cambio de tener relaciones sexuales. Lo que incrementa la
violencia de género y el machismo se ve ligado ante esta problemática. “A
medida que unos recursos naturales ya limitados se vuelven aún más escasos
debido principalmente al cambio climático, las mujeres y las niñas también
deben caminar más lejos para buscar alimentos, agua, o leña, lo que
aumenta su riesgo de ser víctimas de violencia de género”, explicó la
revista National Geographic, en un artículo publicado sobre
El vínculo entre el medio ambiente y la violencia de género.
La investigación de la UICN también examinó los vínculos entre la
violencia de género y los delitos ambientales. Los ejemplos que se citan
en el informe son variados y no solo se centran en un solo lugar sino en
todo el mundo. Por ejemplo, se señala el vínculo entre el abuso sexual en
la industria pesquera ilegal en el continente asiático y africano. Otro
tema es la tala ilegal y el comercio de carbón vegetal en la República
Democrática del Congo, la cual está vinculada a la explotación sexual o en el caso en América del Sur, en el que se hace la práctica de tráfico sexual
en torno a minas ilegales.
“No creo que lo hubiéramos siquiera imaginado, que la degradación del ambiente y la degradación del hombre estén relacionados de manera tan estrecha con la violencia de género”, comentó la Bióloga Quintero.
En la actualidad, son pocos los proyectos de protección y mejora del
medio ambiente que se llevan a cabo pese a que existe un estrecho vínculo
entre la crisis climática y la violencia de género. Aún en pleno siglo XXI
muchas personas desconocen que el cambio climático no solo es un tema de
suma importancia, sino que tiene repercusiones en la mujer.
“El ver que existe un vínculo entre estas dos problemáticas a nivel global me resulta muy impactante. Siento que es una práctica muy fea lo que hacen los pescadores al exigir a las mujeres que tengan sexo con ellos a cambio de comida. Creo que, al saber todo lo conlleva es momento de hacer un cambio y abrir los ojos”, comentó Ioseba Razquin, estudiante y activista social.
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| Infografía: Arantza Izquierdo |
Cambio climático y el vínculo contra las mujeres
“En algunas comunidades, cuando la familia se enfrenta a dificultades agravadas por el clima, las jóvenes tienden a casarse a muy temprana edad. A nivel mundial, se cree que unos 12 millones más de niñas se han visto obligadas a casarse después de los crecientes desastres naturales, y se ha demostrado que los desastres relacionados con el clima aumentan la trata con fines de explotación sexual entre un 20 y un 30%”, indicó el Diario Responsable.
El cambio climático es una problemática mundial que en los últimos años
ha afectado al mundo de maneras impresionantes. Un claro ejemplo son los
deshielos y el aumento del nivel del mar, que a su vez crea inundaciones
en diversas comunidades en el mundo. Además, las extremas condiciones
meteorológicas son cada vez más frecuentes, lo que genera un deterioro en
la calidad de agua y la disminución de recursos hídricos, lo que a su vez
trae como consecuencia más problemas sociales.
“El desplazamiento de pueblos indígenas como resultado del cambio climático y desastres medioambientales también puede desencadenar consecuencias violentas. Según diversos datos de investigación e informes de la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, y de la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, el despojo forzado de tierras ancestrales puede derivar en violencia contra las mujeres y niñas indígenas en particular, incluida la violencia sexual, asesinatos y desapariciones”, de acuerdo con datos de ONU Mujeres.
En la actualidad, la sociedad se encuentra cada día más concienciada con
los efectos del medio ambiente y las repercusiones en el ser humano, sin
embargo, es un problema que aún le queda un largo camino por recorrer.
Terminar con la violencia de género y conservar el medio ambiente del que
todas las personas en el mundo dependen para vivir, son tareas que puede
parecer opuestas, pero no lo son y de igual forma dependen entre sí.
La violencia hacía activistas ambientales
El estudio de la UICN no solo ha documentado los casos en los que se
muestre como la violencia ha repercutido en las mujeres que buscan
alimentos o son utilizadas como objetos de intercambio, también, se
resaltan ejemplos de violencia a la mujer contra las defensoras y
activistas del medio ambiente.
Toda persona que quiera un cambio en su sociedad y este activo ante el
problema al que quiera hacer un arreglo, es considerado activista. Por
ejemplo, los activistas ambientales son los encargados de luchar por los
derechos de los sin voz, como la naturaleza. Son aquellos capaces de decir
no a la sociedad que quiera una tala excesiva de árboles, de igual forma,
son aquellos que se preocupan por ver otras alternativas que ayuden al
medio ambiente y a los seres humanos, evitar las construcciones
innecesarias y preservar la naturaleza.
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| Se calcula alrededor de 609 casos de mujeres ambientalistas que sufrieron algún tipo de agresión entre el 2015 y 2016 en México y Centroamérica. Foto: Tomada de DW |
Sin embargo, ser ambientalista no es una tarea fácil y mucho menos cuando
hay personas con pensamientos opuestos y cerradas a un cambio ecológico y
social. La violencia de género
también es utilizada como un medio para controlar a las defensoras del
medio ambiente y de los derechos humanos. En el informe de la UICN se
alerta que la violencia contra los activistas ambientales ha ido
incrementando mucho más en los últimos años, pero en términos de género,
son las mujeres las que se llevan la peor parte. Pues en la mayoría de los
casos son víctimas de actos violentos que tienen el objetivo de reprimir
su poder, debilitar su credibilidad y estatus dentro de comunidades
indígenas y desalentar aquellas mujeres que quieran colaborar con
activistas en busca de sus derechos.
“En 2019, a nivel global, 304 personas defensoras de derechos humanos que fueron asesinadas, el 40 % defendía la tierra los derechos de los pueblos indígenas y el medio ambiente”, de acuerdo con datos de Nexos.
Vínculo entre la contaminación y los trastornos psicológicos
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| Foto: Tomada de Abobe Stock |
Cada vez más, científicos de varias partes en el mundo han ido centrando
sus investigaciones en la relación que existe entre las condiciones
ambientales y los trastornos psicológicos. Por lo que han demostrado que
la mala calidad del aire está asociada a tasas más altas de depresión y
trastorno bipolar, esa frecuencia se encuentra más notoria en las ciudades.
Algo que es bien sabido por todos los seres humanos es que la mala
calidad del aire no solo afecta las actividades diarias sino también a la
salud.
Un estudio publicado por el biólogo
Atif Khan
demostró que vivir en áreas contaminadas (con una muy mala calidad de
aire), especialmente durante los primeros años de vida, es un factor
predictivo de trastornos psíquicos como lo es la depresión y el trastorno
bipolar, debido a que la contaminación del aire tiene efectos tóxicos en el
cerebro. Sin embargo, el biólogo afirma que aún falta mucho por investigar
y saber más a fondo la relación entre la mala calidad del aire y los
trastornos.
"El entorno físico, en particular la calidad del aire, es aún todavía un campo muy inexplorado que nos puede ayudar enormemente a comprender cómo nuestro entorno está contribuyendo a los trastornos neurológicos y psiquiátricos en la actualidad", compartió el biólogo Atif, en un artículo publicado de National Geographic titulado La contaminación atmosférica podría afectar a tu salud mental.
Los componentes de la contaminación del aire puede ser tóxicos para el cerebro, ya que pueden ser causa de varios signos de deterioro cognitivos en las personas.
“Personalmente, cuando he estado en la ciudad y se encuentra el smog o de alguna manera hay mucha contaminación, te baja el ánimo o te sientes más estresada y pues sí, creo que llega influir mucho el cambio climático y la contaminación a nuestros efectos psicológicos”, concluyó Karina.
Los efectos que tiene la contaminación no solo repercuten en el deterioro de ecosistemas sino también es una problemática que ha incrementado y originado muchos casos de violencia de género y psicológicos. La contaminación tiene un gran efecto domino en la humanidad. Muchas personas aún desconocen los vínculos entre la contaminación ambiental y los problemas sociales, sin embargo, son cada vez más las investigaciones que se hacen para demostrar que la contaminación es a gran medida, una de las problemáticas que necesariamente tiene que ser tratadas lo antes posible.
Además, otro cambio positivo que ha tenido la humanidad en los último años, es la forma de pensar. Ahora, son más los que están conscientes sobre está problemática y sus derivados y son más, las personas que se suman al cambio para obtener un mundo mejor.
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